Este ritmo de vacaciones me trae un poco loca.
Me acostumbré a dormirme cuando ya es de día, alrededor de las siete de la mañana, con muuucha exageración a las ocho.
Me despierto completamente hinchada, con la cara hecha un globo. Ojeras, uf ni hablar.
Siempre fui muy ojerosa, no sé porqué, ya sea porque duerma mucho o poco, siempre las tengo y a veces se notan mucho, y otras no tanto, pero siempre están.
A veces no entiendo como existen chicas, las cuales ni se peinan, ni se maquillan, son hermosas de cara y aún así, en estado de destrucción total están preciosas.
Una a veces se mata arreglándose y aún así nada. Nadie lo nota.
Soy muy cuidadosa con mi pelo, ahora lo estoy dejando crecer y cuando llegue el invierno, quizás, me lo vuelva a cortar.
Mi ánimo últimamente está muy cambiante.
No sé que anda mal en mi cabeza.