Olvidemos todo de una vez. Así. Hagamos un trato que podamos sostener. Aquí. Al menos un rato. Acurruquémonos, mi amor. Todo estalla en derredor. La miseria y su estertor nos mata. Acurruquémonos mi amor, fulminemos el rencor que sólo sobrevive del pasado.
Y ahora fue todo reducido a cenizas. No queda ni una sola pista.
De lo que fue, no hay más.
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