Acerca de mi timidez. Y algo más.

Si hay algo por lo que siempre me vivo quejando es por mi fuckin' timidez. Lo detesto totalmente.
Todos me ven seguro como una persona super extrovertida, simpática, y que se anima a decir o hacer las cosas. Pero de ahí a que sea un hecho... Lejos lo veo.
Nunca le pude decir a un chico lo mucho que lo quería o lo mucho que me gustaba.
Será porque le tengo un miedo terrible al rechazo. Por eso nunca fui de tirarme a un lance con respecto al amor.
Ayer unas amigas me contaban una historia acerca de una chica que le había dicho al chico que le gustaba justamente eso pero que si no le pasaba nada no había problema en ser amigos, y cuando termina de decir eso, el chico le da un beso. Esta chica es como yo (según me contaron) pesimista consigo misma. Igual, les digo, que de a poco estoy tratando de cambiar eso, quizás ya no me preocupo por ciertas cosas, y disfruto más el presente en vez de vivir anticipadamente el futuro. No es sano. Te arruina la cabeza de una manera terrible. La cuestión es que como estoy tratando de cambiar ese pesimismo, quiero intentar hacerlo también con la timidez. Quiero dejar de ser un poco cerrada con los sentimientos.
Lo bueno es que a mis amigos o a mi familia a la hora de decirles lo mucho que los necesito, extraño, adoro y demás no me doy pausas ni me estanco en el momento, sino que se los digo. No me da verguenza. Verguenza. Justamente a eso me deriva tanta timidez. A la mismísima verguenza. Y creo que sé por dónde viene, o mejor dicho desde dónde viene. Desde que era chiquita. Sí, la primaria.
Como dije muchas veces, era la gordita simpática y claro que me habré comido (ja, que ironía) miles de gastadas por parte de los varones, más que nada, y quizás sin darme cuenta, esas cosas todavía vagan en mi inconsiente y no me dejan a veces seguir adelante.
La gordita no podía tener novio. De la gordita no podía gustar nadie. A la gordita hay que verla cuando se sienta para ver que no rompa las sillas. La gordita es la más lenta corriendo. A la gordita la dejamos para elegir al final a la hora de formar equipos.
¡Y ni hablar de cuando me veían comer!
Sorry, no sabía que tanto les molestaba que sea gorda. Pero por favor...
Pero lo único que agradezco de esas gastadas es que me hayan hecho cambiar tanto física como mentalmente. Sé que di un gran cambio, que la cabeza me hizo un click, pero a veces me cuesta aceptarlo y al verme al espejo me veo como era en 5to o 6to grado. Lo bueno es que a veces lo tomo a chiste y me río de mi misma, cosa que está perfecto. Por lo menos lo pienso así.
Me gustaría ser de esas personas a las cuales les importa nada lo que piensen los demás. ¡Ojo! Con esto no quiero decir que quiero ser parte de la gente a la cual todo le importa un bledo. Claro que no. Sino, nunca más podría preocuparme por los demás, o cosas así.
Pero al fin y al cabo, es tooooodo cuestión de tiempo.
Así es.
Ja, timidez.